El Trastorno del Espectro Autista (TEA) no es una enfermedad, sino una alteración compleja producto de una variación del desarrollo neuronal, la cual impacta el funcionamiento cerebral y se evidencia en una amplia gama de afecciones caracterizadas por desafíos en habilidades sociales, comportamientos repetitivos, habla y comunicación no verbal.
Cada persona con autismo tiene un conjunto distinto de fortalezas y retos. Las formas en las cuales las personas con autismo aprenden, piensan y resuelven problemas puede variar desde personas con un alto funcionamiento hasta personas con dificultades severas. Algunas personas con TEA pueden requerir un apoyo significativo en su vida diaria, mientras que otras pueden necesitar menos apoyo y, en algunos casos, vivir de forma totalmente independiente.
De acuerdo a las estadísticas mundiales del Centro para el control y la prevención de enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) se ha incrementado la incidencia del TEA de 1 en cada 10.000 en el año 1970 a 1 en cada 54 en el año 2016.
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